El niño de la tumba

En muchas ocasiones podemos ver fantasmas o apariciones, o hemos escuchado de personas vistas en los cementerios, personas ya fallecidas.

Hace varios años, existió un niño algo inquieto de naturaleza, como lo hay muchos hoy en la actualidad, pero este tenía algo especial; aparte de inquieto para él no existía ley, con todos los consejos que le daba su madre, el niño no hacía caso. Su madre le daba buenos ejemplos, pero para él no había nada que importara, era solo él y nada más.

Cuentan que un día normal como cualquiera el niño salió de su hogar. Su madre, sin saber a dónde su hijo se había dirigido, siguió con los quehaceres de la casa, hasta ya transcurridas varias horas, como a las siete de la noche, se preocupó porque aquel niño no llegaba a su hogar-. Púchica patojo desventurado donde andará-. se preguntaba ella.

Ya transcurrida media hora después, a la madre le llegaron a contar una noticia que la paralizó, le avisaron que su hijo había muerto no se sabe de qué y hasta la fecha no se ha sabido de qué murió.

Después del velorio y el entierro pasaron tres días, cuando le dieron otra noticia, le contaron que sobre la tumba de su hijo apareció la mano del pequeño pidiendo a gritos su perdón.

Al llegar la madre al lugar, saca un cincho y con tres cinchazos lo castigo, cosa que ella no había hecho mientras vivía su hijo, y en un abrir y cerrar de ojos la mano desapareció.

Se dice en el pueblo que por lo mal que el niño se portó con su madre en vida,  Dios lo mando a pedir perdón y a recibir el castigo de su madre para que su alma pudiera salvarse.

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