El Tunel de Pueblo Viejo

Cuentan que hace muchos años, en lo que es hoy Aldea Pueblo Viejo de Malacatancito, Huehuetenango, vivió una tribu que se instaló en esas tierras. Este lugar está separado de otros cerros por un inmenso barranco. Cuentan que en el otro lado vivía un señor muy grande, que de un solo paso era capaz de cruzar varios cerros; este personaje tenía un gran poder por su tamaño, además permanecía despierto junto a una fogata que mantenía encendida de día y de noche.

En varias oportunidades los habitantes de la tribu se quedaron sin fuego, pero se dieron cuenta de que el hombre enorme del otro lado siempre mantenía encendida una lumbre, fue entonces cuando decidieron mandar a los niños a traer fuego donde el gran señor, una y otra vez; los papás de los niños les decían “vayan a traer fuego y se llevan unos pedazos de carne para el gran hombre, para que no diga nada por la molestia que le causamos”. Así se hacía siempre. El gigante probó la carne y la sintió rica, y se le ocurrió que podía ser carne de gente. De pronto cada niño que llegaba a traer fuego era un niño que se desaparecía, hasta que los padres se dieron cuenta que los niños ya no regresaban a casa.

Al ver que los niños ya no llegaban, el gran hombre pensó que ya solo los adultos quedaban y pensó “para tener más posibilidades de comerme a los grandes, voy a poner un puente sobre el barranco”. Entonces trajo cargado un cerro muy grande y lo colocó sobre el barranco, creando un puente natural y dejando un túnel.

Solo de esta manera, el gigante pudo comerse a toda la tribu.

Hoy en día puede verse el cerro que mide como un kilómetro de largo sobre el barranco, el túnel tiene una entrada espectacular y para atravesarlo hay que utilizar luz artificial porque su interior es muy oscuro.

Tradición Oral de Huehuetenango.

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