EntreCultura 183: Apicultura
El pasado 20 de mayo, hace solo unos días, se celebró el Día Mundial de las Abejas, esas pequeñas maravillas voladoras sobre las cuales recae el futuro de la humanidad (dicho esto por la importante labor que desempeñan para el equilibrio de toda la naturaleza).
Su papel es tan fundamental que si ellas llegaran a desaparecer se desencadenarían una serie de acontecimientos devastadores, como lo es el hecho de la desaparición de millones de especies de flores, de las cuales ellas son las encargadas de polinizar para su propagación; plantas que sirven de alimento para otros animales; animales que sirven de alimento para entre otros: el ser humano… y así la cadena se empezaría a romper.
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¿Ves por qué son tan importantes y debemos cuidarlas?
Dentro de las muchas especializaciones que estudian algunos humanos está la APICULTURA: una actividad agropecuaria dedicada a la crianza de abejas (del género Apis) y a prestarles los cuidados necesarios con el objeto de obtener y consumir los productos que son capaces de elaborar y recolectar.*
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Abejas y su entorno
Pero más allá de su crianza, el apicultor debe conocer no solo a las abejas, sino a su entorno; aprender sobre flora, el clima, la calidad del agua, la fabricación de colmenas y muchas otras áreas, que en su conjunto hacen que las abejas vivan en mundos ideales para su crianza.
Actualmente en el país hay 5 mil 012 apiarios y 3 mil 335 apicultores inscritos en el Registro Guatemalteco de Apicultores (Regapi) y son ellos quienes trabajando de la mano con las comunidades tienen la enorme tarea de proteger a las abejas; sin embargo, esta tarea es de todos; así que cuando veas una abeja cerca de ti no la mates, mejor delicadamente aléjala para que continúe con su importante labor de conservar el equilibrio de la naturaleza.
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