Historia del ferrocarril en Guatemala

Durante casi un siglo, el ferrocarril fue la principal vía de transporte en el país y la Estación Central el eje distribuidor de viajeros, productos y aventuras.
Era el año de 1870, el entonces presidente, Vicente Cerna, hizo el primer contrato para la construcción de un ferrocarril que comunicara la ciudad de Guatemala con el puerto de San José, muy importante por el creciente comercio que se desarrollaba hacia California. Sin embargo, fue hasta 1884, durante el gobierno de Rufino Barrios que se terminó la obra, con contribuciones forzadas e impuestos a los habitantes.
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El ferrocarril, un proyecto ambicioso
Para ahorrar en costos, se utilizó el antiguo convento de San Francisco como estación de la vía férrea. Barrios, con gorra de maquinista, hizo la entrada inaugural. Pero el proyecto era más ambicioso, comunicar el Pacífico con el Atlántico, en una época en que no existía aún el Canal de Panamá. Así, los gobiernos de Guatemala presionaron a la población, como había hecho Barrios, para financiar la obra. El que más avanzó fue el de José María Reyna Barrios, que inauguró Puerto Barrios en 1895 y llevó la vía hasta El Rancho de San Agustín, a 62 kilómetros de la capital. Pero hubo una adversidad, en 1896 se inició una crisis mundial en los precios del café que Reyna no supo enfrentar. Así, en 1897 hubo un intento de golpe de Estado en Quetzaltenango y el gobierno agotó todos sus recursos en armas, por lo que la construcción del ferrocarril se vio paralizada.

EE.UU. entra el negocio
Tras el asesinato de Reyna, asumió el poder Manuel Estrada Cabrera quien, en 1899, cedió toda la vía férrea construida con impuestos guatemaltecos al empresario estadounidense Minor Keith, con la condición de concluir esos 62 kilómetros. Keith había pensado terminar la obra en 1900, pero se finalizó hasta 1908. Como era necesario concentrar en una estación todos los ferrocarriles, se inauguró también la Estación Central, en la 18 calle y 9ª Avenida, frente a la Plaza de Toros. A partir de ese momento, el área se convirtió en un punto de intensas actividades, pues los carruajes llevaban y traían a los pasajeros, carretas trasladaban productos y numerosos trabajadores daban vida a la vía de hierro.
Pero, en 1920, mientras se luchaba por la caída de Estrada, la Estación fue bombardeada por las tropas del dictador, por lo que fue reconstruida. A pesar de todo, su etapa de animación fue corta. En 1959, la conclusión de la Carretera al Atlántico hizo cada vez menos rentable el ferrocarril y, en 1968, la empresa estadounidense estaba en bancarrota, con una gran deuda hacia sus empleados.
El gobierno de Julio Méndez Montenegro compró la empresa deficitaria y constituyó FEGUA, pero con pérdidas y una gran carga financiera para el Estado. Poco a poco, la Estación entró en decadencia. En 1995, fue incendiada, con lo que se perdió gran parte de su estructura y, dos años después, FEGUA fue privatizada.
Por fin, en 2004, se inauguró en lo que quedaba de la Estación el Museo del Ferrocarril, donde puede obtenerse importante información de casi un siglo de actividades de la vía que costó un gran esfuerzo para Guatemala.