Rezado de San Francisco, Día Clásico a la Virgen de Concepción

Cada 8 de diciembre, los alrededores de la Iglesia de San Francisco, se vuelven todo algarabía, todo fiesta, pues llega una vez más su tradicional rezado.

Por: Roberto Broll

Tradición de más de 400 años, pues se tiene registro de su inicio en diciembre de 1617. El historiador y cronista de la Ciudad, Miguel Álvarez, ha sido uno de los biógrafos más dedicados a esta fiesta decembrina en los últimos tiempos, pues posee una especial y particular devoción a la Virgen de Concepción.

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De sus investigaciones se deriva el que se haya recuperado la memoria histórica de llamarle el “Día Clásico”, pues era así como se le conocía a la Fiesta de Concepción en la Nueva Guatemala.

Dentro de esos documentos históricos, vale la pena, recordar y transcribir las impresiones que un viajero tuvo, a mediados del siglo XIX. Contrastando esos recuerdos, podemos imaginar la vida de hace más de un siglo, y cómo las costumbres y tradiciones se mantienen, con sus variantes, hasta el día de hoy.

Las calles son toda algarabía. (Foto: R. Broll)

El rezado ante los ojos de un viajero: John Lloyd Stephens

Este viajero y diplomático, relató sus impresiones sobre el rezado de Concepción, en su libro: “Incidentes de viaje en América Central, Chiapas y Yucatán, Vols. 1 y 2, 1841; traducido al español por Justo Sierra O’Reilly”, donde describe la fiesta, de la siguiente forma:

“Por la tarde tuvo lugar la procesión en honor a la Virgen. Aunque Guatemala estaba triste, y por las convulsiones de la época, privada de toda clase de alegrías; las procesiones religiosas eran, como siempre, y habría sido evidencia de un estado moribundo el descuidarlas. Todas las calles por las cuales debía pasar la procesión estaban regadas con hojas de pino, y a través de ellas se levantaron arcos adornados con siempreverde y flores.

Rezado de San Francisco. (Foto: R. Broll)

Los grandes balcones de las ventanas fueron adornados con colgaduras de seda carmesí y banderolas de caprichosos dibujos. En las esquinas de las calles se colocaron altares bajo enramadas de siempreverde, tan altas como los techos de las casas; adornados con imágenes y ornamentos de plata de las iglesias, todos cubiertos de flores. Rica como lo es toda la América Central en productos naturales, el valle de Guatemala se distingue por la belleza y variedad de sus flores; y por un día los campos fueron despojados de sus vestiduras para engalanar la ciudad”.

Termina su relato

“Yo he visto grandes festividades en Europa con dinero derramado a manos llenas; pero nunca nada tan sencillamente hermoso. Mi paseo por las calles antes de la procesión fue la parte más interesante del día.

Todos los habitantes, con sus mejores atavíos, se encontraban allí: los hombres parados en las esquinas, y las mujeres, con negras mantillas, sentadas en largas filas a los lados, las banderas y cortinas en los balcones de las ventanas, el verdor de las calles, la profusión de flores, las vistas por en medio de los arcos, y la sencillez de costumbres que permite a las damas de primera categoría mezclarse libremente con la muchedumbre y sentarse en las calles, formaban un cuadro de belleza que aún hoy suaviza la impresión de estolidez que Guatemala dejo grabada en mi memoria”.

Sin dudas este 2020 será atípico. (Foto: R.Villanueva)

Sin dudas, como guatemaltecos, somos muy apegados a nuestras tradiciones. Tal como este viajero nos describió hace muchísimos años, hoy, tratamos de mantener nuestras festividades, y aunque algunas cosas han cambiado, en general se mantiene intacta la esencia de ellas ¡Pues nuestras tradiciones, son aquellas que nos forman identidad!

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