Botellitas Miniatura o Veneneras: El misterio de su uso y su contenido

En los frascos más pequeños se guardan los más ricos perfumes o los peores venenos reza el refrán, hoy conocerás que llevaban los mayas en ellas.


Entre las vasijas miniatura de los antiguos mayas, destacan unas botellitas que se conocen como “veneneras” o “frasquitos”, las cuales llaman la atención por su tamaño, decoración y variedad de formas. Las botellitas están hechas de cerámica y hay de varias formas: rectangulares, cuadradas, redondas y hasta ovaladas. Las redondas u ovaladas generalmente están ligeramente aplanadas.

Estas botellas están hechas de cerámica y por lo general están decoradas con escenas sobrenaturales y jeroglíficos que indican su contenido, su función o su propietario. En otros casos están decoradas con pseudoglifos, muy similares en forma pero que no dicen nada, y sólo dan la apariencia de ser vasijas finas por su imitación de escritura. También las hay lisas con bordes decorados o molduras en relieve. En algunos casos pueden tener pequeños agujeros para suspenderlas del cuello o de los cinturones.

Pero ¿Para qué servían estas botellitas? ¿Por qué se les conoce como veneneras? La primera explicación podría ser que las compararon con las botellitas de cerámica o de vidrio fabricadas por los egipcios, los romanos y otros grupos europeos de la Antigüedad, que servían para contener venenos, medicinas, cosméticos y perfumes. Por otro lado, el nombre pudo haberse tomado de los frasquitos para medicinas que eran muy populares en Europa durante los siglos XVIII y XIX. Los frasquitos de medicinas tenían variedad de formas y colores precisamente para evitar que la gente se confundiera y terminara envenenándose. Es posible que por eso los primeros exploradores y arqueólogos les dieran ese nombre.

En Mesoamérica (la región biogeográfica que abarca desde el norte de México hasta el oeste de Honduras y el Salvador) las botellitas o veneneras se encuentran por toda la región, aunque se han hecho algunos estudios que parecen sugerir que la zona donde las fabricaban más era en lo que hoy es El Salvador y su frontera con Honduras. En efecto, en esa región es donde más botellitas se han encontrado y como se fabricaban con molde, es posible que los talleres las hicieran en grandes cantidades para ser distribuidas por el resto del área maya.

Un ejemplo muy interesante es el de una botellita que se descubrió en la pirámide principal de Tazumal en 1952 y que hoy está exhibida en el Museo de Antropología “Daniel J.- Guzmán” de El Salvador. Sus jeroglíficos indican que el dueño de la pieza fue el 12avo. gobernante de Copán K’ahk ‘Uti’ Witz ‘K’awiil, quien expandió la influencia de Copán hacia el exterior en el siglo VII. Gracias al texto, la iconografía (el estudio de sus imágenes) y el contexto (fue descubierta en una excavación arqueológica cuidadosa) fue posible para el Dr. JebCarb identificar que la botellita viajó como un regalo del gobernante de Copán a un noble de Tazumal, mostrando una relación política muy estrecha entre Copán y el occidente de El Salvador (Carb y Zender, 2016).

Por otro lado, las “veneneras” parecen tener una asociación muy estrecha con el tabaco y la imagen del Dios L, una deidad que se representa como un anciano que lleva un sombrero de ala ancha -sobre el que se posa un búho Moan- y un manto real. A menudo sostiene un gran cigarro o una hoja de tabaco. Como el Dios L también es una deidad asociada con el comercio y el cacao, se ha sugerido un vínculo comercial entre ambos productos, siendo el tabaco muy cultivado en la zona fronteriza de Honduras y el Salvador. Al igual que el cacao, el tabaco probablemente desempeñó un papel importante en el intercambio comercial a larga distancia durante el Clásico (Eppich yLoughmiller-Cardinal. 2014).

Esta asociación con el tabaco también fue establecida químicamente, cuando unos investigadores (Zagorevski y Loughmiller-Newman, 2012) hicieron pruebas con el contenido de una botellita de la colección Kislak en la Biblioteca del Congreso de EE. UU. En ese caso, la vasijita estaba pintada en el estilo conocido como “Códice” que se caracteriza por tener una línea roja en el borde y una decoración con trazos en negro sobre fondo blanco o crema. Este estilo pertenece a la zona de El Mirador (norte de Petén, Guatemala) y las vasijas en este estilo están asociadas a los niveles más altos de la sociedad y a las élites íntimamente ligadas a Calakmul (un gran sitio al norte de Mirador, del lado de México) de los siglos VII y VIII (AtkinsonyHessler, 2016).

Gracias a las excavaciones arqueológicas, a otros estudios químicos, a la lectura de los jeroglíficos y al estudio de las imágenes, ha sido posible ir demostrando que el uso de las veneneras pudo haber sido variado, aunque especialmente como contenedores de tabaco en polvo u otros elementos secos -como pigmentos para el uso de los artistas- y medicinas.

Fuentes

Atkinson, Graham and John Hessler. January 27, 2016. Name Your Poison: Glyphic Designs on Maya Miniature Flasks in the Jay I. Kislak Collection de Borhegyi, Carl. Nov. 3, 2012. Ancient Maya “Poison Bottles”: Comments on Four Ancient Maya “Poison Bottles” in the William B. Guynes collection. https://mayamushroomstone.wordpress.com/2012/11/03/maya-poison-bottles/

Eppich, Keith and Jennifer A. Loughmiller-Cardinal. April 25, 2014. “Tobacco among the Maya”. Society for American Archaeology 2014 Annual Meeting. Austin, Texas

Zagorevski,Dmitri V. and Jennifer A. Loughmiller-Newman. First published online: 12 January, 2012. “The detection of nicotine in a Late Mayan period flask by gas chromatography and liquid chromatography mass spectrometry methods”.

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