¿Cómo se llama este platillo?
Muchos de los platos típicos que los turistas y viajeros solicitan en los mercados, restaurantes, bares y puestos callejeros, de las ciudades y países que visitan, pensando que allí paladearán la mejor versión de esos exponentes de la gastronomía local, es probable que tengan orígenes distintos al que se cree.
Para muchas personas, la gastronomía es una parte esencial de los viajes, ya que les permite profundizar en la cultura, historia, tradiciones y habitantes del lugar que están visitando, a través de los platos típicos locales, que allí pueden adquirirse y degustarse, explican los operadores turísticos.
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Turismo gastronómico
Los mercados, restaurantes, bares y puestos callejeros son espacios donde se fusionan ingredientes y técnicas culinarias, muchas veces ancestrales, que ofrecen a los viajeros (turistas gastronómicos), una visión única del modo de vida de esa región geográfica.
De hecho, el turismo gastronómico ha crecido en las últimas décadas, convirtiéndose en un factor clave para el desarrollo económico de muchas ciudades y países, y a ocho de cada diez turistas les resulta imprescindible probar los platos típicos de la zona adonde viajan, según los datos que maneja la plataforma de búsqueda en línea de vuelos y hoteles Jetcost.
“La procedencia de algunos platos y comidas típicos internacionalmente conocidos, se atribuye tradicionalmente a determinados países o ciudades, o se afirma que tienen nacionalidades únicas”, explican los especialistas en turismo gastronómico de Jetcost.
Sin embargo, advierten que “existen posibilidades razonables, fundamentadas en distintas fuentes y testimonios históricos, de qué esos platos y comidas puedan haber tenido un origen y una evolución geográficos diferentes a los que indica su actual denominación convencional o usual”.
“Muchos ingredientes y platos típicos que hoy se asocian a un país o una cultura tienen orígenes variados, y a veces distintos de los que se les atribuyen, como resultado de migraciones, colonizaciones, comercio o simples errores en las fuentes de referencia”.

Tortilla francesa
La versión más popular dice que la hoy llamada ‘tortilla francesa’ nació durante la Guerra de la Independencia española (Levantamiento español contra las invasiones napoleónicas a la península ibérica entre 1808 y 1814) y, durante el asedio de las tropas francesas a las resistentes ciudades de Cádiz y San Fernando que duró dos años y medio.
Ante la falta de suministros y alimentos, entre ellos la patata, la cebolla y otras hortalizas, se simplificó la receta tradicional de la tortilla, haciéndola solo con huevos y llamándola “tortilla a la francesa”. Cuando acabó la guerra, algunos siguieron haciéndola de ese modo y la llamaron tortilla, que actualmente se conoce como “tortilla francesa”.
Arroz a la cubana
En Cuba, el arroz blanco es una parte esencial de la alimentación y se consume en abundancia para acompañar la carne o los frijoles negros o colorados, pero no se acostumbra a comer con huevos fritos, salsa de tomate y plátano, un plato que en España se conoce como ‘arroz a la cubana’ y que combina sabiamente los sabores dulces y salados, según los especialistas.

Es posible que en el pasado, el arroz se tomase en el país caribeño con huevo o incluso con plátano, y que cuando los emigrantes españoles en Cuba regresaron a España y especialmente a las Islas Canarias, después de la Guerra de Independencia, hicieran popular la receta, añadiéndole salsa de tomate y llamándole ‘arroz a la cubana’ puntualizan.
Ensaladilla rusa
El origen de la ensaladilla rusa se atribuye al chef de ascendencia franco-belga Lucien Olivier que viajó a Rusia en el siglo XIX y trabajó en las cocinas del restaurante de lujo Hermitage de Moscú donde creó en 1860 la receta de ensalada ‘Salad Olivier´, que al parecer incluía carne de perdiz, carne de cangrejo, caviar y otros ingredientes lujosos, y salsa de mayonesa para unirlo todo.

Este plato tuvo éxito entre la clase alta, pero la llegada de la Primera Guerra Mundial y de la Revolución Rusa y con ellas la pobreza, condujo a que se compusiera con ingredientes más humildes, como patatas cocidas, zanahorias y guisantes, además de la mayonesa, adoptando la denominación de ensaladilla rusa al expandirse por el mundo.
Hamburguesa
La receta de la carne picada aplastada y redonda probablemente llegó a Alemania gracias a los tártaros de origen ruso que hacían el ‘steak tartar’ (carne cruda picada condimentada con especias) y fueron los emigrantes alemanes que embarcaron en el puerto de Hamburgo en el siglo XIX, quienes llevaron la ‘hamburguesa’ a Estados Unidos, desde donde se extendió al resto del mundo.

Con la receta procedente de Alemania, un ‘chef’ llamado Louis Lassen, de Connecticut (EE. UU.) elaboró en 1895 una de las primeras hamburguesas en Norteamérica, mientras que la primera cadena de hamburgueserías habría sido White Castle, fundada en Wichita, Kansas (EE. UU.), en 1921 por el cocinero Walter A. Anderson, según la investigación de Jetcost.
Croissant francés
El cruasán o croissant (bollo de hojaldre en forma de media luna) podría haber sido creado en el siglo XVII por los panaderos de Viena (Austria), para celebrar la victoria sobre las tropas del Imperio Otomano, que intentaron penetrar en la ciudad a través de una excavación, pero fueron descubiertos por los propios panaderos, tras lo cual el ataque invasor fue repelido.

En el siglo XVIII, la reina María Antonieta, de origen austríaco, introdujo el panecillo con forma de luna creciente (similar a la que lucía la bandera otomana) en la corte francesa, y con el tiempo, los panaderos franceses adaptaron la receta, usando masa de hojaldre en lugar de masa de levadura, creando el ‘croissant’, que se expandió por el mundo, según esta misma fuente.
Pizza napolitana
Parece claro que la ‘pizza’, tal y como se la conoce en la actualidad en sus versiones más tradicionales, como la ‘marinara’ (marinera), condimentada con tomate, ajo, orégano y aceite, así como la ‘margarita’, cubierta de salsa de tomate, albahaca y queso mozzarella, procede de la ciudad italiana de Nápoles, por lo que se la conoce como ‘pizza’ napolitana.

Sin embargo, el origen de esta comida, en su carácter de torta de harina amasada, cubierta de ingredientes y cocinada al fuego, podría datar de la Antigua Grecia, Egipto o Persia (hace 2.500 años los soldados persas comían un pan plano cubierto con queso fundido y dátiles), y panes planos con otros agregados se encuentran en diversas culturas del Mediterráneo, concluyen.





