De visita por el Vaticano
Con León XIV ocupando desde hace poco el Trono de Pedro, muchas personas que no han visitado el Vaticano o desean volver a visitar esta pequeña ciudad-estado, situada en Roma, tienen una oportunidad muy especial, histórica, para conocer el hogar de los papas, un tesoro de la arquitectura, la cultura y el arte icónicos, donde la belleza y la espiritualidad se conjugan ofreciendo al viajero una experiencia única e inolvidable.
La Ciudad del Vaticano, hogar del nuevo papa, Robert Prevost, que ha sido elegido como el 267º líder de la Iglesia Católica, adoptando el nombre papal de León XIV, es un lugar que aúna belleza, historia, espiritualidad y unas singularidades que lo convierte en un lugar muy especial y único en el mundo.
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El país más pequeño del mundo
Esta ciudad, que formó parte de Roma durante 200 años, se independizó de la capital italiana en 1929 y desde entonces se gobierna como una monarquía absoluta con el Papa a la cabeza, se puede explorar en pocas horas, ya que con solo 44 hectáreas de extensión, un octavo parte de la superficie del Central Park de Nueva York (EE.UU.), es el país más pequeño del mundo.
El Vaticano, una ciudad-estado independiente situada dentro de Roma, en Italia, es la Santa Sede de la Iglesia católica, un Estado eclesiástico o sacerdotal-monárquico gobernado por el Papa, y un tesoro cultural, artístico e histórico, visitado por millones de personas cada año, en su mayoría durante épocas significativas del año litúrgico, como la Navidad o la Pascua.

Visitando el hogar de León XIV
Los especialistas de Civitatis, plataforma de viajes, actividades y excursiones por el mundo en español, describen cinco lugares imprescindibles que los viajeros deben ver en el Vaticano, para sacarle el máximo partido a su visita a la ciudad que es hogar del Santo Padre y sede de la Iglesia Católica
Basílica de San Pedro
“Considerada como ‘el corazón espiritual del catolicismo’, la Basílica de San Pedro, construida a lo largo de más de 100 años, impresiona por su majestuosidad y riqueza artística”, según Civitatis.
“En su interior, destacan la famosa escultura de La Piedad de Miguel Ángel y el imponente Baldaquino de Bernini. Desde lo alto de su cúpula se disfruta de una vista panorámica inigualable de Roma y la Plaza de San Pedro”.
Señalan que en el gran templo de la Ciudad del Vaticano, patrimonio de la Humanidad por la Unesco y en cuyo diseño y construcción participaron innumerables artistas, cada pequeño detalle de la fachada y del interior tienen un significado.
Museos vaticanos
Los Museos vaticanos, cuyos orígenes se remontan a 1503, albergan una de las colecciones de arte más importantes del mundo, la mayor de la Iglesia Católica, con obras maestras de artistas como Rafael, Caravaggio y Leonardo da Vinci.

En sus galerías y estancias se encuentran miles de obras maestras del arte recogidas por la Iglesia Católica Romana durante más de cinco siglos, incluyendo El Laocoonte y sus hijos, Artemisa de Éfeso, la Alegoría del Nilo, el Torso del Belvedere o Mitra y la galería de los animales, así como las obras que se exponen en la Galería de Tapices y la Galería de Mapas.
Con más de 6 millones de visitantes anuales, los Museos vaticanos son una de las principales atracciones turísticas de Roma y constituyen la puerta de entrada a la Capilla Sixtina, una de las más importantes del mundo.
Capilla Sixtina
La Capilla Sixtina debe su nombre al Papa Sixto IV della Rovere (pontífice desde 1471 hasta 1484), quien hizo reestructurar la antigua Capilla Magna entre el año 1477 y el 1480.
Los célebres frescos de su techo, incluidos La Creación de Adán y el icónico Juicio Final, pintados por Miguel Ángel entre 1508 y 1512, son obras maestras del Renacimiento, que dejan sin aliento a los visitantes.

En la Capilla Sixtina, situada en el Palacio Vaticano, se reúnen los cardenales en el cónclave para elegir al nuevo Papa. Para evitar largas colas y aprovechar al máximo la visita, se aconseja efectuar una visita guía a primera hora del día.
Plaza de San Pedro
Obra maestra de la arquitectura de Gian Lorenzo Bernini (1656-67), la plaza de San Pedro es una escenográfica e inmensa elipse de 240 metros de ancho, en cuyo extremo, más allá de un grandioso atrio, se alza la fachada de la basílica, coronada por la cúpula de Miguel Ángel.
Los dos semicírculos laterales de la elipse son como brazos constituidos por imponentes pórticos con cuatro hileras de columnas, que convergen como si acompañaran y empujaran a los fieles hacia la basílica, y sobre las cuales se asientan 140 estatuas de santos y grandes escudos de armas.
Al final del pórtico se encuentra la puerta de bronce que da acceso al Palacio Vaticano, y en el centro de la plaza, entre dos grandiosas fuentes, se encuentra el Obelisco Vaticano, procedente de Egipto y de 25 metros de altura.
Castillo de Sant’Angelo
Aunque situado fuera de los muros vaticanos, el Castillo de Sant’Angelo está a poca distancia del Vaticano, al que se vincula a través del Passetto di Borgo, un paso elevado y fortificado que conecta ambos lugares.

Construido entre los años 123 y 135 d.C., como mausoleo para el emperador Adriano, ha servido como fortaleza, residencia papal y prisión para el Estado Pontificio. Desde su terraza, se obtienen unas vistas espectaculares de la ciudad de Roma, así como del río Tíber, a cuyas orillas se sitúa este edificio.
En el Castillo de Sant’Angelo, dividido en cinco plantas a las que se accede a través de una rampa en espiral, el viajero puede explorar las antiguas estancias del emperador Adriano, admirar frescos renacentistas, observar extensas colecciones de armas y explorar las mazmorras del castillo, incluida la papal.
Una de las mejores vistas del Castillo de Sant’Angelo se observa desde el puente de Sant’Angelo, estructura de mármol travertino con cinco arcos que atraviesa el río Tíber y sobre la que alzan unas magníficas esculturas de ángeles esculpidas por Bernini.
Jardines Vaticanos
Los Jardines Vaticanos, un remanso de paz y espiritualidad que ocupa gran parte de la superficie de la Ciudad del Vaticano, situándose dentro de sus muros, al oeste de la Basílica de San Pedro, son el ‘corazón verde’ del hogar del Papa, combinando arte, historia, naturaleza y religión en un entorno cuidadosamente diseñado.
En un recorrido por este espacio el visitante aprecia “esculturas regaladas a los Pontífices a lo largo de los siglos, monumentos y sitios conmemorativos, fuentes maravillosas, edículos y mosaicos, estelas, torres y antiguas murallas, todo ello rodeado por plantas raras y flores procedentes de todo el mundo, jardines formales y zonas boscosas”, según fuentes vaticanas oficiales.

La reproducción de la Gruta de Lourdes, la Cabaña china, un fragmento del Muro de Berlín y la Fuente del Águila, son algunos de los puntos de interés más importantes, en estos jardines donde plantas, árboles, flores, arbustos y especies vegetales trepadoras dan vida a una hermosa danza de colores y perfumes, en todas las estaciones del año.
Desde el 1279, cuando el papa Nicolás III trajo la residencia papal de Letrán de regreso al Vaticano, los jardines eran y son el lugar de descanso y meditación del Papa.
Conocer el Vaticano, es aprender de historia, arte, ciencia, cultura y religión. En tu próximo viaje por Italia te recomendamos que no dejes de visitar este pequeño país, que tiene tantas cosas que enseñarte.





