El color de mi Xelajú: Vistiendo con orgullo el traje quetzalteco

Definitivamente uno de los trajes indígenas más elegantes y llamativos de nuestro país, es el que lucen las quetzaltecas en su diario vivir.
Quetzaltenango es una comunidad de origen k’iche’, idioma que aún es hablado, especialmente por la población mayor, ya que dentro de la juventud su uso se está perdiendo. Sin embargo, varios elementos de la identidad cultural se conservan, entre ellos la indumentaria femenina, la cual se compone de prendas como el P’oto huipil, es una prenda elaborada en tres lienzos en el telar de cintura, cuyas uniones se hacen por medio de una costura de vivos colores llamada localmente “ranta”, las cuales pueden ser lisas o con diseños de flores. Los huipiles son de fondo blanco y van brocados con figuras de animales, plantas y seres humanos, realizadas en hilos de colores amarillo, morado, corinto, que son los tradicionales, sin embargo, en los últimos años se han agregado otros, como el verde, café y azul. Desde finales del siglo XIX se ha utilizado en la población otro estilo de huipil, el cual es confeccionado en telares de pie y son jaspeados. Por lo regular los cuellos son redondos, y van sobrepuestos, es decir cocido al resto del huipil. Se bordan ya sea a mano o máquina, predominando figuras de aves, flores y personas. Tanto el huipil tradicional como el del telar de pie, llevan estos cuellos.
En cuanto al Uqo llamado corte y, en el caso de Quetzaltenango, también falda. Es una prenda elaborada en el telar de pie, mide ocho varas, el color tradicional es el azul oscuro, el cual combina finas líneas blancas de diseños de jaspe. Por ser una población vecina a Salcajá, que se ha caracterizado por la producción de cortes jaspeados, es común que las mujeres de Quetzaltenango los usen también, y al parecer lo hacen desde principios del siglo XX, ya que existen fotografías que así lo documentan. Tanto el corte tradicional como el jaspeado, se usan plegados, a la usanza de las faldas de las mujeres mestizas, llevan ranta vertical, en colores contrastantes, entre ellos: amarillo, azul, rojo, verde, fucsia. Los cortes se sujetan a la cintura por medio de cordones de lana, los cuales suelen ser ocultados por una pequeña faja, la cual antes era blanca y negra, y actualmente en una variedad de colores.
Otra de las prendas que llama la atención es el Pera’j, conocida en otros lugares como rebozo, perraje o chal, y tiene varios usos: cubrirse del frío, cargar a niños pequeños o para taparse la cabeza durante las ceremonias religiosas. Es tejido en telar de pie, presenta líneas de colores amarillo, morado, corinto, con diseños jaspeados en blanco y negro similares a plumas. La forma tradicional es llevarlo colocado sobre el hombro.

Varias mujeres mayores aún trenzan sus cabellos con listones de seda de vivos colores, las cuales son rematadas en la parte inferior por moñas. El resto de féminas llevan peinados a la usanza occidental. Dependiendo del nivel económico se van utilizar joyas, ya sea de oro, plata o bisutería. En esta población es frecuente observar el uso de gabachas elaboradas en telas escocesas, que cubren en su totalidad los huipiles y cortes. Los pies los calzan con sandalias o zapatos.
Indumentaria ceremonial
La comunidad también posee una indumentaria ceremonial, la cual es utilizada por las Capitanas de la Virgen del Rosario, un grupo de mujeres ancianas, que tras enviudar han decido donar parte de su tiempo al servicio de la patrona de la ciudad de Quetzaltenango. El corte es similar al de uso diario, con la diferencia que para su confección se van a requerir 12 varas de tela. Dos piezas destacan dentro del traje de ceremonia de las quetzaltecas: el nim p’ot(huipil grande) y el xaq’ap(cinta de cabeza). El primero una prenda larga, se utiliza fuera del corte, es un fino tejido de fondo blanco, al cual se le brocan franjas de diseños geométricos, de personas, animales, plantas, sin faltar los floreros, todos en colores morado, amarillo y corinto. Al igual que el huipil de diario se le coloca un cuello sobrepuesto y las uniones de los tres lienzos se hacen con rantas lisas o florales.

El xaq’apes una cinta de fondo rojo con figuras multicolores, que mide más de 20 varas. Se usa enrollada en la cabeza a manera de una corona. Los extremos se adornan con borlas de vivos colores. Por lo general son confeccionadas con hilos de seda. Sobre la cinta ceremonial se utilizan velos de encaje blanco.
Antiguamente los nimp’otse utilizaban para las bodas o para actividades festivas, para tal efecto las mujeres se lo colocaban en la cabeza, enmarcando su rostro con el cuello, tal como se observa en una pintura de Humberto Garavito fechada en 1935. Desde finales del decenio de 1970, la representativa indígena de la población llamadaUmial Tinimit Re Xelajuj No’j(Hija del Pueblo de Quetzaltenango), viste la indumentaria ceremonial, llevando en lugar de corona el xaq’ap.

Es importante señalar que el uso de la indumentaria tradicional dentro de las jóvenes quetzaltecas se ha ido perdiendo para la cotidianidad, sin embargo, lo usan para actividades especiales, entre ellas las que pertenecen a las hermandades de Cuaresma y Semana Santa. Por lo tanto, el traje regional continúa siendo un icono de identidad en la población de Quetzaltenango.