¿Existió una emperatriz en Guatemala?

En el año 2021, Guatemala cumplió 200 años de su anexión a México, durante el Imperio de Agustín de Iturbide.

En gran parte de este periodo, hay un personaje que ha pasado desapercibido, se trata de la Emperatriz Ana María de México, que lo fue también de Guatemala, mientras se formó parte del Plan de Iguala, justificante de la Anexión a México por parte del antiguo Reino de Guatemala.

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Nació bajo el nombre de Ana María Josefa Juana Nepomucena Marcelina Huarte y Muñiz, en Valladolid, la actual Morelia, Michoacán, el 18 de enero 1786.

Su familia fue una de las más poderosas y ricas de ese territorio, pues su padre era alcalde provincial y su madre una influyente criolla.

Alegoría de la coronación de Agustín I, por José Ignacio Paz. Colección del Museo Nacional de Historia de México. Instituto de Antropología e Historia de México. Al fondo a la izquierda, aparece la emperatriz sentada, junto a otras damas.

La vida de Ana María

Ana María tuvo una niñez opulenta y una educación esmerada, preparándose en el Colegio Santa Rosa de Valladolid, institución educativa conocida, tal como dicen las crónicas de entonces, para preservar las “… Rosas de Castilla, sin mezcla de otras flores, todas españolas…”.

Ante esa educación, y en las mejores escuelas, Ana María y Agustín lograron conocerse, pues en una de estas entidades, el joven y futuro emperador, asistía al primer Conservatorio de Música, donde aprovechó a entablar contacto con la joven y bella señorita.

Como muchos jóvenes de su época, Agustín Cosme Damián de Iturbide, se paseaba por las calles frente al colegio de Ana María, intentando llamar la atención de las damiselas, logrando entablar contacto con Ana María, surgiendo así una breve amistad entre ambos.

Agustín de Iturbide y su esposa Ana María

Sin oposiciones, pronto los dos jóvenes se comprometieron, pero el enlace definitivamente fue más beneficioso para el joven Agustín, pues Ana María poseía mayor fortuna e influencia. El 27 de febrero de 1805 la pareja contrajo matrimonio, ella de 19 años, él de 21.

La venida de su primer hijo, así como la separación de la pareja como consecuencia de la carrera militar de Agustín, causaron los primeros cambios en la felicidad inicial. Eso, sumado a la guerra civil desencadenada por el movimiento del cura Hidalgo, causaron que la familia se trasladara completa a la Ciudad de México.

Movimientos de independencia en Centroamérica

El devenir histórico hace que los ires y venires de los movimientos independentistas en México, contagien del espíritu de libertad a los vecinos centroamericanos, por lo que el Reino de Guatemala se independiza el 15 de septiembre de 1821.

El 24 de febrero del mismo año, Agustín de Iturbide, había firmado el llamado Plan de Iguala, con el cual se declaraba a la Nueva España como país soberano e independiente. El 13 de septiembre, el último Virrey de México lo ratifica, por lo cual, el antiguo Reino de Guatemala, decide, casi de inmediato de firmar su independencia el 15, adherirse a este plan y anexarse a México.

Tal fue la efervescencia política, que a Agustín se le nombra como Emperador de México y es así como el 18 de mayo de 1822, ambos, Agustín y Ana María son entronizados, convirtiéndose ella, en emperatriz del Anáhuac.

Ana María, entre el lujo y la depresión

Agustín y Ana María fueron los primeros en llamar mexicanos a los nacionales de este vasto territorio, del cual Guatemala formó parte y aportó a José Cecilio del Valle, como primer Ministro de Relaciones Exteriores.

La emperatriz Ana María contó con una dama principal y siete damas de compañía, así como nueve damas honorarias y siete de cámara; además de médicos, sirvientas y el apoyo de institutrices y guardianas.

Todo este lujo, sin embargo, mantuvo a la emperatriz en depresión, pues el nuevo emperador tenía una relación extramarital. Ello la llevó a refugiarse en un convento junto a sus hijos, y se volvió adicta a los dulces de leche, lo cual la hizo subir de peso drásticamente.

Después de la caída del Imperio de Iturbide, Guatemala recuperó su independencia, y la exemperatriz partió al exilio junto a su familia. Nunca regresó a México.

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