Las velaciones cuaresmales en Antigua Guatemala

La Cuaresma y Semana Santa, ocupan un lugar fundamental dentro de la religiosidad católica de los guatemaltecos, ya que es un tiempo en el que se tiene por fin conmemorar y meditar en la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

Dentro de las diversas actividades que se llevan a cabo durante este tiempo litúrgico, destacan las velaciones, siendo célebres las que se realizan en la ciudad de La Antigua Guatemala.

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Expresiones de fe, devoción y tradición

Las velaciones consisten en la realización de altares, los cuales se ubican en un lugar especial de los templos, y en ellos se colocan imágenes de Pasión, ya sean Nazarenos, Sepultados, Dolorosas o Vírgenes de Soledad, los cuales reciben la visita de fieles durante todo el día, que generalmente suelen ser los viernes de Cuaresma. Estas expresiones se llevan a cabo en la ciudad de La Antigua Guatemala y varias de sus aldeas, y por lo general son la antesala a la solemne procesión que saldrá durante los siguientes domingos cuaresmales y a los días de la Semana Mayor.

Origen de las velaciones

Los orígenes de dichas manifestaciones de fe se pierden en el tiempo, pero sin lugar a duda, se originaron durante el Periodo Hispano, como resultado de la evangelización llevada a cabo por las órdenes religiosas y en donde las imágenes jugaron un papel de trascendencia, ya que fue una época en que la mayoría de personas no sabían leer y escribir, y de esta manera entendían la doctrina de la nueva fe, recurriendo a ejemplos visuales, para llegar a una mejor compresión de los misterios divinos.

El telón es un elemento fundamental en las velaciones, tal como se aprecia en esta fotografía de Jesús Nazareno de la aldea Santa Inés del Monte Pulciano. / Deyvid Molina – CECEG

Un elemento que no debe faltar en las velaciones antigüeñas, es el telón, que consiste en un lienzo en donde se escenifican acontecimientos bíblicos relacionados con la vida de Jesucristo o de la Virgen María, entre los más recurrentes se encuentran: La Transfiguración, El Buen Pastor, las Bodas de Caná, la pesca milagrosa y el Entierro de Cristo.

Las alfombras de aserrín de colores y flores, también se encuentran presentes en las velaciones, al igual que el corozo y una diversidad de frutas, verdura y otras comidas.

Celebración en los templos

Los diversos templos antigüeños desde las primeras horas que da inicio la velación reciben paulatinamente la visita, no solo de fieles, sino también de curiosos y turistas. Las horas de la noche, suelen ser las más concurridas, ya que la mayoría de visitantes han salido de sus centros de trabajo o de estudio. Mujeres, hombres, niños, ricos, pobres, indígenas, mestizos, extranjeros y hasta mascotas, se dan cita a estas expresiones de fe y devoción.

Las velaciones son amenizadas con grabaciones de música sacra, y es usual que por las noches una banda ejecute un concierto de marchas fúnebres, lo cual es recibido con el beneplácito de la concurrencia. En los últimos años, se han incorporado efectos especiales a las velaciones, por ejemplo: el cantar de las aves, rugidos de animales salvajes, caída de agua, llamas, siendo también escuchar una voz de fondo que narre el tema central de la velación, tal como sucede durante la velación de la consagrada imagen de Jesús de la Caída, de la aldea San Bartolomé Becerra.

Los fieles desfilan lentamente frente a los altares, llevando como ofrendas, velas y flores. Rezan por favores o agradecimientos recibidos por la intercesión de la imagen de su devoción. Incienso y mirra aromatizan la oración de los fieles, dando un toque místico a todo el templo.

¿Cuándo inician las velaciones?

La primera velación se realiza el sábado anterior al primer Viernes de Cuaresma, y es la de la venerada imagen de la Virgen de Dolores de la aldea Santa Catalina Bobadilla; luego sigue el Miércoles de Ceniza, con la de consagrada imagen de Jesús Nazareno del Milagro del Santuario del Señor San Felipe, en la aldea San Felipe de Jesús; de allí corresponde el Segundo Viernes a la aldea Santa Inés del Monte Pulciano; y así al resto de aldeas: Santa Ana, San Cristóbal El Bajo, San Mateo Milpas Altas, San Pedro Las Huertas; tocando finalmente a los templos de la ciudad colonial, siendo el de la Escuela de Cristo el último.

En las velaciones de la consagrada imagen de Jesús Nazareno de la Caída, de la aldea San Bartolomé Becerra, son frecuentes los efectos especiales en los telones. / Deyvid Molina – CECEG

En los alrededores de los templos, se instalan puestos de comidas, que ofrecen a los comensales: tostadas, enchiladas, dobladas, tacos, tacos mexicanos, panes y tortillas preparadas, garnachas, churrascos, pizzas, dulces, atoles, aguas gaseosas y refrescos naturales. También en algunas ocasiones hay ventas de juguetes y artesanías.

Por todo lo anteriormente descrito, se puede decir que en las velaciones conviven los mundos sagrados y profanos, constituyéndose en espacios de cohesión social y de manifestaciones culturales, que forman parte de la Semana Santa guatemalteca, Patrimonio Cultural Intangible de la Nación.

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