Los sumideros de carbono
Estos inmensos purificadores del aire, están perdiendo su capacidad de transformación del carbono, por lo que corregir nuestras malas prácticas contaminantes, los ayudaría a regenerarse.
La naturaleza cuenta con recursos únicos para regular las temperaturas del planeta.
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Los depósitos naturales cómo los océanos, bosques y suelos absorben y secuestran dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera, reduciendo su presencia en el aire y aumentando las concentraciones de oxígeno (O2). Estos depósitos son conocidos como “sumideros de carbono” los cuales han funcionado durante miles de años sin alteraciones hasta que el ciclo de carbono se alteró y comenzó a sufrir consecuencias, aumentando de manera continua la concentración de CO₂ en el ambiente. Esto ha causado que los grandes sumideros de carbono alrededor del mundo únicamente sean capaces de retirar de la circulación el 31% del CO₂.
Se estima que al menos el 50% del CO₂ emitido por actividades humanas es absorbido por los bosques y océanos. No obstante, la deforestación ha provocado que muchos bosques dejen de actuar como sumideros y empiecen a ser emisores. A su vez, los océanos se encuentran en un proceso de acidificación, lo que evita que cumplan con su función de transformación de carbono. Por ello es importante sumar esfuerzos para preservarlos y potenciarlos para que su capacidad de retención siga siendo eficiente para oxigenar nuestro planeta.
El efecto invernadero y el calentamiento global
Los gases de efecto invernadero generados por las actividades humanas se concentran en la atmósfera provocando el calentamiento global. Las principales fuentes de emisiones provienen de las emisiones de los combustibles fósiles y de las industrias, de los incendios, de la deforestación y del cambio en el uso del suelo. El 30% de los gases son reabsorbidos por los suelos y zonas forestales mediante fotosíntesis. Las plantas logran absorber el CO₂ de la atmósfera o del agua y con ayuda del sol almacenan el carbono como fuente de energía y devuelven el O2.
En el caso de los sumideros terrestres, el carbono se almacena de forma resistente y a largo plazo en dos compartimientos principales: a través de la madera y en el suelo gracias a la vegetación. Los suelos representan un medio de almacenamiento de carbono a corto y largo plazo y contienen más carbono que toda la vegetación terrestre.
La tasa de secuestro de carbono en los bosques dependen de la diversidad, densidad y del tamaño. Generalmente, los bosques más viejos y maduros almacenan más carbono por unidad de área que los bosques más jóvenes o en recuperación, por lo que las emisiones tienden a ser mayores cuando estos son eliminados por completo.
El papel de los océanos
Los mares contienen grandes cantidades de CO₂ disuelto y en fitoplancton; al igual que los árboles, utilizan la fotosíntesis para extraerlo formando parte de la cadena alimentaria oceánica. El plancton y los organismos marinos utilizan el CO₂ disuelto para formar sus esqueletos y conchas a base de carbonato de calcio (CaCO₃). Este mecanismo consigue eliminar el CO₂ del agua y favorece la disolución en el aire. Los esqueletos calcáreos, las conchas y el carbono orgánico de estos organismos eventualmente caen al fondo marino en donde los sedimentos forman rocas con el tiempo. Se estima que el 25% de los gases de efecto invernadero son reabsorbidos de esta manera y, por tanto, cuidar los océanos y sistemas marino costeros también son importantes en la mitigación del cambio climático.
Guatemala cuenta con grandes áreas de bosques que históricamente han sido un sumidero para los gases de efecto invernadero. Los bosques representan el 34.91% de la cobertura del país, sin embargo, estos se encuentran altamente amenazados por la deforestación y degradación, causada por cambios en el uso de la tierra, ganadería extensiva, demanda de leña y extracción ilegal de madera. En los últimos años, se estima que se pierde alrededor del 1% de los bosques naturales del país.
Importancia de los bosques en Guatemala
A su vez, Guatemala también forma parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) el cual es una barrera que se extiende por aproximadamente mil kilómetros, jugando un papel importante en el ciclo de carbono y mitigación del cambio climático. A su vez, la zona marino costera cubre 19 municipios en 7 departamentos y de los cuales el 26% de la población depende y vive de estas. Por lo que preservar los bosques naturales, los sistemas de manglares y los océanos en el país es clave para mitigar que las consecuencias del cambio climático nos afecten gravemente en un futuro cercano.
Referencias:
- Global Carbon Project
2022 ¿Te has preguntado alguna vez qué pasa con todo el CO₂ que generamos? - CARVALHO-Resende, Tales, GIBBS, David, HARRIS, Nancy, and Elena OSIPOVA
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2005 Forest Carbon Sinks: A temporary and Costly Alternative to reducing Emissions for Climate Change Mitigation.