Rezado de Guadalupe, tradición bicentenaria capitalina
El rezado de Guadalupe, es otra de las muchas fiestas que reciben los guatemaltecos en diciembre. Sin dudas, este es el rezado más antiguo de América, y Guatemala no podía quedar fuera de él.
Por: Roberto Broll
Aunque desde el período hispánico ya se tenía gran devoción a la Virgen de Guadalupe; por la influencia que el Virreinato de la Nueva España ejercía sobre el Reino de Guatemala. Fue prácticamente hasta el período independiente, que esta celebración se afianzó.
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Y es que la devoción a la Virgen de Guadalupe, tan honda en México, fue utilizada por los movimientos independentistas, desde 1810 por el cura Hidalgo, hasta el 1821 con la consumación de la Independencia en el período de Agustín de Iturbide.
En Santiago de Guatemala, no se tuvo una Iglesia o Ermita para la devoción de la virgen, aunque su presencia en muchos de los templos antigüeños es evidente; asimismo, los retablos virreinales que hoy vemos en la Nueva Guatemala, son testimonio que en Santiago se le tuvo presente en casi todas las iglesias.
El rezado y su templo en la Nueva Guatemala
Fue hasta que la capital se asentó en el Valle de la Virgen, que finalmente una familia piadosa, cedió el predio para que se le construyera una Capilla y plaza a la Virgen de Guadalupe. Aunque ese pretérito templo ya no existe, permanece hasta el día de hoy, el famoso lienzo de la virgen, que presidió las primeras construcciones y que hoy, en el templo actual, posee un espacio especial en una capilla lateral al altar mayor.
Fue entonces, posterior a la Independencia de Centroamérica, que el culto a la Virgen de Guadalupe y su tradicional rezado, comenzaron a tomar auge en la capital, pues durante el período de la Anexión a México, como parte de un Imperio, la Guadalupana fue patrona de todos los territorios.
Ya en período independiente, tanto de la Federación, como de la República; sin dudas este tradicional rezado, se fue afianzando y fortaleciendo. Teniendo ventas en la plaza del templo, feria, con artesanías, gastronomía y los hasta hoy famosos espacios para la toma de fotografías del recuerdo; pues siempre ha sido costumbre vestir a los niños como indígenas; no como un asunto folclorista, sino en homenaje a San Juan Diego Tenante. El indio mexicano al que la Virgen decidió escoger para las apariciones que dieron cuenta de esta añeja devoción.
Como vive la fiesta el Santuario de Guadalupe
Los alrededores del templo, siempre fueron de gran algarabía. Desde los días posteriores al rezado de Concepción, y este rezado tradicionalmente salía el día 12 por la tarde, en los alrededores de su templo; abarcando parte del sector del Hospital de San Juan de Dios, el Barrio Santuario y llegando hasta La Floresta, en la parte posterior de la Recolección. Hoy en día dicho rezado sale desde mediodía y entra hasta casi la madrugada, extendiendo su recorrido a parte de la zona 3 y El Sauce en las cercanías a la zona 2.
La imagen que actualmente se procesiona, es obra del insigne escultor Juan Ganuza, por lo que es un testimonio de la calidad artística neoclásica producidas ya en esta ciudad, en 1892.
La tradicional serenata, se lleva a cabo el día 11 por la noche. Miles de fieles acuden a saludar a la Morenita del Tepeyac, haciendo largas filas, y conjuntos de mariachis amenizan la velada; entre el humo de velas e incienso y el calor humano que reduce la sensación fría de la temporada.
Sin dudas, el rezado de Guadalupe, es parte de las tradiciones que nuestra bicentenaria independencia nos ha legado a los capitalinos. Y que se une a las festividades que en el pueblo de la Villa de Guadalupe, hoy zona 10; existían ya previo a la fundación de la capital en este valle bendito por Dios.
¡Vivamos nuestras tradiciones en pandemia, recordando lo bellas que son!
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